martes, 24 de mayo de 2011

Reflexiones acerca de la Danza


Dentro de la historia la danza ha sido una práctica cultural, la cual en la contemporaneidad es vista de una forma más compleja, involucrando otras disciplinas y planteando la representación de una historia o realidad en el escenario, llamada también “dramaturgia del bailarín” y el entusiasmo involucrado en el movimiento.

La danza visualiza dos roles puntuales dentro de su práctica: Espectador y bailarín. Este primero experimenta un deseo, el cual le permite que la danza se instale en su interior y concientemente empiece un proceso de reconocimiento de la habilidad como un arte mismo del cuerpo y la mente. Vive procesos personales de adaptación, entendimiento corporal y comprensión de las relaciones del cuerpo como una totalidad.

Es una experiencia donde empiezas observando, pero donde tienes que ir adaptando el movimiento a lo que es tu cuerpo y relacionando esto a lo que desea expresar tu mente y tu corazón. En un acto voluntario y de deseo empiezas a confrontar esa otra realidad para volverla tuya, propia: Imitas, luego apropias.

La danza requiere entonces de una imitación oportunamente natural, donde la naturaleza animal se haga evidente y las formas de crear vuelva a su origen, sean mas orgánicas.

En este momento, cuando comprendes cada extensión que tiene tu cuerpo, su centralidad, cuando aprehendes de la función y habilidad de cada una de sus partes, como músculo, como hueso, como entidad, cuando conectas tu mente a través de la respiración e incorporas algo de esa esencia animal, allí empiezas a experimentar un forma diferente de concebir el baile, a comprender como se desarrolla un bailarín y seguramente como este crea y comparte su experiencia.

Por: Carolina Márquez

Fotografia: Por Margarita Gómez, Salón Danzas.

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