Una primera experiencia con la Danza.

En una primera aproximación a la danza se vive una experiencia totalmente placentera e enriquecedora, un momento de experimentación, de contacto, de reconocimiento, de mucha interiorización y entendimiento, en donde la comprensión del cuerpo es esencial dentro del desarrollo mismo del aprendizaje de la danza y la expresión.

Comprender el cuerpo entonces requiere de un reconocimiento cercano con esa corporación o entidad de la cual estamos conformados, pues en ningún otro momento somos más cuerpo que en este mismo. Somos instrumento, es necesario comprender que somos extensiones, sistemas: respiratorio, óseo, musculoso, conectados sinergicamente, todo un gran sistema que por naturaleza se conecta y que como parte de él integra la mente, ese ente motor que vive dispuesto a permitir la construcción misma de la expresión y del conocimiento.

El cuerpo entonces requiere de un proceso de acoplamiento, un proceso en cual volvemos a ser conscientes de el, a darle un uso, a centrarnos en sus capacidades, en sus debilidades, hasta donde podemos llegar y como el se vuelve instrumento de expresión.

En este momento el cuerpo empieza a hacer movimiento, a tener memoria y caemos en cuenta que no solo la mente es quien puede hacer registro de la experiencia y de ese movimiento mismo, empezamos a mezclar la técnica con la memoria, la memoria con la composición y todo esto se hace expresión misma. Sin embargo, las personas nuevas, las que tenemos hasta ahora una primera cercanía con este tipo de expresión corporal, empecemos a entender que la danza además, no es solo la comprensión del cuerpo mismo y la técnica aplicada en el, sino que puede tener una faceta en donde intención misma esta refugiada en un instrumento propio y es entonces allí donde la danza empieza a ser una forma de expresión en donde la interdisciplinaridad puede tener cabida, donde lo teatral se vuelve dramaturgia y el arte empieza a mezclarse teniendo espacio para lo reflexivo y lo propositivo.

La danza es complemente liberadora, permite que el ser humano se desarrolle naturalmente con su cuerpo y su mente, permite darle un giro a la contemplación misma del día a día, es difícil de explicar, pero en mi experiencia personal la danza a sido un modo de oración y de reorientación de mi, yo como instrumento y como ser, hoy amo mas mi cuerpo y hoy hago mas uso de el.

Por: Carolina Márquez

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